

Por Guillermo Ander Dorronsoro 2A 8
Apuntes filosóficos
Conocimiento sensible
Es la percepción de los objetos a través de nuestros sentidos y que el alma reconoce. Estos objetos surgen y desaparecen y carecen de verdadera entidad, por lo que no se puede acceder al verdadero conocimiento a través de ellos
Conocimiento racional
El conocimiento racional, partiendo de los datos sensibles, realiza unos juicios en torno a los objetos reconocidos por el entendimiento, comparándolos con los modelos eternos, es decir, con las ideas procedentes de la iluminación divina. Este nivel de conocimiento corresponde a todos los seres humanos y, precisamente, distingue al ser humano del resto de los seres.
Conocimiento racional
Contemplación
La contemplación consiste en percibir las ideas eternas tal como son; la verdadera sabiduría consiste en conocer las ideas eternas. Los verdaderos modelos de las cosas no se contemplan por medio de las sensaciones, ni tampoco por medio de los juicios sobre dichas sensaciones, por tanto, el alma obtiene el conocimiento objetivo mediante la contemplación.
Las que no son verdades terrenales, no nacen de los sentidos, puesto que todo lo que se conoce mediante los sentidos es mudable. Las verdades son eternas, están en la razón, pero no son de la razón. El ser humano es consciente de la variabilidad de su naturaleza, y encuentra en su interior verdades inmutables, por tanto, las ideas del ser humano son superiores al propio ser humano.
No podemos conocer la verdad inmutable, si no se halla iluminada por el sol o por algo similar, en el caso de Platón era el Bien, para San Agustín, ese sol es Dios, quien ilumina el entendimiento humano.Es decir, no podemos conocer las verdades eternas, inmutables y necesarias por medio de la experiencia mudable, temporal y contingente, y, al mismo tiempo, tampoco podemos percibirlas por medio de nuestro entendimiento mudable, temporal y contingente. Por tanto, gracias a la iluminación divina, el ser humano puede conocer las verdades eternas.
Interiorización
Como hemos visto, el punto de partida de la búsqueda de la verdad no se halla en el exterior, sino en el interior. Así pues, la verdad se halla en lo más profundo del ser humano. El pensamiento que busca la verdad debe empezar por la evidencia de uno mismo; el punto de partida innegable se halla en la autoconciencia.